Un juego para pensar
Yo, después de meditarlo un rato y escribir esto, decidí que quizá no le pediría más nada... |
Dos de las actividades más complicadas que todos realizamos a diario (bueno, tal vez estoy exagerando) son: pensar e imaginar. Hoy quisiera proponer un juego en el que ambas funciones participan: esclavizar al genio de la lámpara. Es bien sabido que este genio concede tres deseos y que una vez que los cumple queda liberado y no vuelve nunca más. El asunto, entonces, es cómo hacer para que el genio nos conceda indefinidamente cuanto deseo se nos antoje. Uno de los matemáticos que más admiro: Douglas R. Hofstadter, plantea una de las posibles soluciones: pedir al genio como tercer deseo que nos cumpla n deseos más, pero como naturalmente se trata de un genio listo, en lugar de cumplir con lo ordenado hace una precisión lógica: califica ese deseo de más deseos como un metadeseo, y dice que él no puede cumplirlo, pues para un metadeseo hace falta un metagenio. ¡Rayos!
La verdad, hoy no me interesa discutir el asunto lógico del metadeseo y el metagenio, prefiero jugar el juego implícito de pedir al genio un deseo que haga que se quede para siempre a nuestro servicio o, por lo menos, que su función no termine. La primera posibilidad nos la ha dado Hofstadter, pero estoy seguro de que si se piensa y se imagina, si ponemos a trabajar estas dos facultades, debe haber incontables maneras de lograrlo. Les ofreceré algunos casos que se me ocurrieron como muestra y los invito a que busquen más:
- Pedir como tercer deseo que el genio haga otro genio que sí cumpla todos los deseos.
- Pedir al genio que se vuelva tan generoso que siempre conceda lo que se le pida.
- Pedir al genio que olvide que ya concedió los tres deseos y crea estar como al principio.
- Pedirle que nos vuelva tan poderosos como él para que uno mismo se dé cuanto quiera.
- Pedir al genio que cumpla todo lo deseable y lo coloque a nuestro alcance para que vayamos tomándolo.
- Pedir que se enamore de nosotros para que le nazca darnos todo lo que queramos.
- Pedir un dese tan detallado, de hecho un proceso, que para satisfacerlo sea necesario que en cada momento esté con nosotros dándonos lo que vayamos queriendo.
- Pedirle que haga que en el mundo todo lo que se desee se dé sin más.
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